La OMS señala al suicidio y sus intentos como uno de los problemas más graves de salud existentes y es por esto que su atención debe ser prioritaria.
Una de las principales cosas que hay que tener en cuenta sobre el suicidio es que la persona no quiere morir, lo que necesita es dejar de sufrir. Aunque en este momento puede no parecerlo, estos estados en su mayoría no van a ser permanentes, sino que esta desesperanza, dolor y vacío serán temporales.
El acto de suicidio puede darse de forma impulsiva o, por el contrario, de forma planeada, por lo que es importante prestar atención a posibles señales que alerten sobre ideas suicidas.
Hay que tener en cuenta que estas señales pueden ser:
- Verbales: Por ejemplo “me gustaría desaparecer y descansar al fin”
- No verbales: Cambios en su comportamiento, por ejemplo: regalar un objeto de mucho valor personal muy importante para quien lo entrega.
¿Cómo actuar ante una situación de riesgo?
A continuación, van a señalarse 5 áreas que hay que tener en cuenta cuando existen sospechas de que alguien puede estar en una situación de riesgo frente al suicidio, por ejemplo, tras detectar algunas señales de alerta.
ÁREA Nº1: CONTACTOS
Tener disponible unos teléfonos de emergencia o ayuda:
- Teléfonos de Emergencias Médicas: 112 (SAMUR, SUMMA).
- Teléfono de la Esperanza: 717 00 37 17
- Acudir a Urgencias del Hospital más cercano.
- Contactar con profesionales como psicólogos/as o psiquiatras de los que recibe tratamiento.
- Informar al entorno más próximo y contar con su apoyo.
ÁREA Nº2: MATERIAL DE RIESGO
Limitar el acceso a posibles medios lesivos:
-Impedir el acceso a material que pueda ser utilizado para hacerse daño: por ejemplo, cuchillos o tijeras.
– Tener en cuenta que si ha habido intentos previos, puede escoger un método más nocivo si hubiese una próxima vez.
– Especial alerta en casas que se encuentren a gran altura.
– Limitar el acceso a fármacos, en caso de que la persona requiera de medicación, esta ha de ser limitada y nunca tener acceso a una dosis mayor.
ÁREA Nº3: ACOMPAÑAMIENTO
Mantener acompañada a la persona, involucrando al entorno más cercano (familia, pareja, amigos/as). El aislamiento y la desesperanza son factores de riesgo que aumentan el riesgo de suicidio, por lo que es fundamental que la persona se encuentre acompañada y en tratamiento por los profesionales de Salud Mental.
ÁREA Nº 4: COMUNICACIÓN Y ESCUCHA
Mejorar las habilidades, preguntando y escuchando de forma que la persona no se sienta juzgada ni criticada, así como tampoco reaccionar con pánico.
Hablar sobre el suicidio no aumenta la probabilidad de que ocurra, de hecho, puede ser la única oportunidad.
ÁREA Nº 5: AUTOCUIDADO
Es fundamental que el entorno practique el autocuidado, validando y regulando sus propias emociones, así como cuidar de uno/a mismo/a para poder cuidar al otro.
Es importante que estas áreas estén presentes y que sea de la forma expuesta, ya que, configuran una guía de actuación en situaciones de potencial peligro ante el suicidio. Hay que tener en cuenta que, aunque se desmitifiquen todos aquellas falsas creencias que nos rodean, se tomen medidas preventivas y se identifiquen señales de alerta, el entorno no debe adoptar el rol de los profesionales de la salud, así como deben solicitar su ayuda siempre que sea necesario. En este camino no estáis solos/as.
*Obtenido de la Guía para Familiares de la Detección y Prevención de la Conducta Suicida en Personas con una Enfermedad Mental (Salud Madrid y Femasam)