Discutir es explotar

¿Discutir es explotar?

Comunicación y gestión emocional

Las personas encontramos formas de comunicarnos los unos con los otros pero eso no quiere decir que todas sean igual de efectivas ni de respetuosas, tanto con los demás como con uno mismo.

¿Por qué ocurre esto? Porque cuando estamos hablando de algo que no conecta emocionalmente con nuestro interior puede resultarnos más sencillo (véase las conversaciones en el ascensor hablando sobre el tiempo).

Sin embargo, cuando queremos expresarle a otra persona que algo nos incomoda, nos duele o necesitamos algo distinto supone un doble esfuerzo:

  • Por un lado, hemos de entender qué nos ocurre y qué necesitamos: es decir, qué estoy sintiendo (¿es enfado? ¿es tristeza? ¿es miedo?), de dónde viene esta emoción y qué necesito (¿vernos más? ¿hablar de una forma distinta entre nosotros/as? ¿tiempo de calidad?)
  • Por otro, hemos de gestionar nuestras emociones y comunicárselo a la otra persona de una forma en la que yo respete mis emociones y también las de la otra persona

Es por esto que comunicarnos requiere de un entrenamiento en cómo lo expreso pero también en escucharme, atenderme y entenderme.

Cuando discutir es explotar

Si las discusiones se convierten en momentos de gritos, acusaciones, señalarnos como culpables y/o una sensación de que nos tenemos que defender de lo que nos están diciendo, probablemente se tenga entendido que discutir es igual a explotar. Desde esta manera, una explosión podrá conllevar hacer daño y no querer hablar con la otra persona sobre cómo nos sentimos o qué cosas nos molestan.

Algunas señales son:

  • “A ti lo que te pasa es…”
  • “Por tu culpa ahora me siento así…”
  • “Vas a lo tuyo… siempre es igual”
  • “A ti te da igual cómo me sienta yo… eres de hielo”

Cuando estamos secuestrados en las discusiones

Desde este punto, nos quedaremos secuestrados ¿qué quiere decir esto?

La parte del cerebro que se ocupa de razonar las cosas, buscar soluciones o analizar la situación, entre otras, se quedará a un segundo plano. De este modo, uno se queda secuestrado porque la parte que se estará activando más será aquella que está conectada con las emociones, en particular con la lucha o huida.

Desde aquí no es posible poder escuchar a la otra persona ni expresarnos adecuadamente, ya que buscaremos huir o atacar.

Sin embargo, si no atendemos lo que nos ocurre no podremos entender qué ocurre para solucionarlo y se desaprovechará la oportunidad de crecer como equipo, por lo que aumentará la distancia emocional, lo que puede generar otros conflictos más complejos (“ya no me siento igual”, “estoy más fría” “me siento solo”…)

Psicólogos especializados en Madrid

Por tanto, discutir no es explotar, ya que, como se señalaba al inicio, una cosa es comunicar y otra es cómo lo hacemos. Cada persona tiene un recorrido vital distinto y, por tanto, también unos aprendizajes concretos sobre cómo lidiar con los conflictos y con las emociones desagradables.

Es importante tener en cuenta que no comunicar también es una forma de comunicación y será generadora de conflictos, al igual que aquellas que no son adecuadas. Es necesario tener conversaciones incómodas para poder crear relaciones cómodas, en las que las personas se sientan seguras y en un espacio de confianza. Uno de los aspectos clave es que se puede aprender a ello, ya sea con una de las partes implicadas o en un proceso de pareja y/o familia. Desde Psicalma contamos con profesionales especializados para ello.

Comment
Name
Email

×