Introducción
El pasado no se borra, no empezamos de cero cada día sino que va en nuestra mochila.
Sin embargo, hay en ocasiones en las que puede ser difícil acceder a este. Es como si condujeses por una carretera por el que hay varios carriles y uno de ellos estuviera cortado. Este carril existe pero su acceso está limitado.
Es decir, no significa que esa información no esté en el sistema pero sí que su acceso a ella ahora mismo no está disponible.
El trauma y sus efectos en la memoria
Cuando hablamos de memoria, solemos pensar en recuerdos narrativos: “cuando tenía 6 años pasó esto”. Sin embargo, el trauma muchas veces no se guarda con palabras, si no que se guarda con sensaciones, emociones y reacciones corporales.
Es como si la línea del tiempo pudiese saltar del pasado al presente y activar algunas vivencias que hacen que en el momento se puedan “revivir” como si estuvieran sucediendo de nuevo.
Hay algunas áreas del cerebro que aquí tienen un papel importante, como es la amígdala y el hipocampo. La amígdala va a buscar que sobrevivas, y eso significa que si percibe un peligro va a actuar como si estuviera ocurriendo. El asunto es que, cuando uno ha vivido situaciones traumáticas, esta sensación de peligro puede activarse en el presente aunque ese peligro ya no esté en ese momento.
Señales de que el cuerpo está pidiendo ayuda
Es importante distinguir si estás bien o si has normalizado funcionar sintiendo un malestar que no cesa: como el dolor, la ansiedad, el cansancio o la desconexión.
Algunas señales pueden ser:
- Sientes que estás desconectado, como si no habitaras tu vida
- Te cuesta recordar episodios de tu vida, algunos períodos de tiempo o hay una sensación generalizada de recuerdos borrosos
- Sientes una fatiga crónica sin una causa médica clara
- Te sientes abrumado con facilidad, incluso ante cosas pequeñas
- Repites vínculos o situaciones que te hieren
Terapia psicológica en Madrid:
A veces el dolor grita pero a veces se queda congelado, en forma de cansancio, olvido…
Es importante poder detectar estas señales que pueden estar indicando que estás sobreviviendo y no viviendo. Sobrevivir es desde la urgencia, el miedo, el peligro… funcionar pero de una manera que puede llegar a agotar.
Vivir es respirar sin miedo, sentir sin que duela tanto y estar conectado contigo, no con una posible alerta.
Muchas personas que han atravesado trauma pueden pasar años en estado de supervivencia, esto no es lo mismo que transitarlo durante un tiempo breve (que este te permite seguir adelante en un primer momento).
Sin embargo, hay un momento en el que no se puede dilatar más en el tiempo y es importante poder sanar para que no lleguen las consecuencias de encontrarte en un estado de alerta como:
- Dificultades en las relaciones con otros o en el trabajo
- Aislamiento
- Irascibilidad
- Problemas digestivos
- Problemas como migrañas o cefaleas
- Trastornos del sueño
- Dolores y malestar
Si esto resuena contigo, desde Psicalma podemos ayudarte. Pregunta por nuestras terapias presenciales y online, así como nuestros talleres.