En los últimos años quizás hayas podido escuchar con frecuencia el término TDAH pero ¿qué es el TDAH en realidad?
Las siglas TDAH hacen referencia al Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad, es decir, un trastorno del desarrollo neurológico que se caracteriza por una inatención y/o hiperactividad-impulsividad que interfieren en el funcionamiento de la persona. Este trastorno es señalado como uno de los más frecuentes encontrados en población infantil y juvenil, sin embargo, cada caso es único y tendrá un pronóstico diferente. Para entenderlo mejor, a continuación, se exponen algunas características que pueden estar presentes:
- En relación con la atención: Personas que con frecuencia pierden cosas que necesitan, en numerosas ocasiones se distraen con estímulos del ambiente y/o con información que no es relevante o, por ejemplo, olvidan actividades de su día a día como puede ser devolver una llamada.
- En relación con la hiperactividad:Les cuesta estar sentados en situaciones que no sería esperable que se levantasen (trabajando en el despacho o en clase) o, por ejemplo, tienen dificultad para mantenerse calmados mientras están ocupados realizando una tarea.
- En relación con la impulsividad:Personas que muestran dificultades en la espera o en los tiempos, por ejemplo, no deja que termines la pregunta, te interrumpirá antes de que puedas hacerla.
Aunque esta etiqueta diagnóstica es una de las más frecuentes, es importante contar con un equipo multidisciplinar que se ocupe de su evaluación y diagnóstico para evitar un sobrediagnóstico o un diagnóstico erróneo, descartando otras causas. Además, este no ha de realizarse exclusivamente por los síntomas, si no que se ha de completar el estudio con herramientas diagnósticas, como son, por ejemplo, las pruebas psicométricas (baterías, cuestionarios, test validados empíricamente…).
En cuanto a su tratamiento, es muy importante tener presente que, en caso de necesitar tratamiento farmacológico, este ha de ser combinado con terapia psicológica con el objetivo de poder reducir progresivamente esta medicación e incluso, si se puede, detenerla cuando ya no sea necesaria. En esta terapia psicológica se entrena el área cognitiva (se evalúa la atención, funciones ejecutivas y memoria), especialmente en aquellas funciones que puedan estar alteradas o dañadas. Se diseña un entrenamiento específico y se enseñan técnicas que ayuden a la persona a favorecer su funcionamiento en su vida cotidiana, estableciendo adaptaciones curriculares en caso de ser necesarias.
Además, también hay que prestar atención al área emocional, teniendo en cuenta cómo está el estado emocional de la persona y si estas dificultades están interfiriendo en esta área. Un ejemplo en el que podría estar influyendo es cuando la persona se percibe como “incompetente” o crea la idea de sí misma de “poco capaz” de resolver problemas que se le presenten, ya que ha podido vivir episodios de frustración desagradables que han favorecido esa imagen negativa.
Sin embargo, es importante tener presente que un diagnóstico de TDAH no tiene por qué implicar que la persona vaya a tener problemas a lo largo de su vida. Es una condición que puede afectar a la atención y/o hiperactividad-impulsividad pero, con los recursos y ayuda adecuada necesaria, se pueden aprender habilidades y estrategias que potencien sus fortalezas y compensen aquellos aspectos que pueden generarles más dificultad.
Cada persona es única, así como cada persona con TDAH tiene unas circunstancias diferentes, por lo que es fundamental adaptar cada intervención a la situación individual de quien acude a consulta.