Vacaciones
Las vacaciones suelen orientarse a una pausa en los estudios y/o en el trabajo, sin embargo, son mucho más que eso, ya que nos brindan la oportunidad de cuidar y cultivar nuestro bienestar. Para ello, necesitamos conectar con nuestras necesidades internas y poner el foco en cómo nos encontramos y qué necesitamos verdaderamente, algo que no es sencillo, ya que si no conocemos verdaderamente nuestra historia y los mensajes que nos envía nuestro cuerpo, podremos no comprender la manera en que nuestras emociones intentan comunicarse.
Por ello, las vacaciones también representan ese descanso elegido para poder conectar con estados más prolongados de relajación y estímulos agradables que nos gustan especialmente.
Incomprensión: ¿este malestar solo me ocurre a mí?
En ocasiones, cuando llegan las vacaciones pueden no cumplir esa expectativa que teníamos sobre ellas, siendo vividas de una forma más negativa de la que esperábamos. Para comprender por qué ocurre esto, hay que abordarlo de una manera individual, aunque nos parece interesante comentar 2 puntos que observamos repetidamente en terapia.
Por un lado, están las expectativas poco realistas que podemos generar sobre las vacaciones: objetivos inalcanzables, como un número demasiado elevado de estos o sin tener en cuenta el contexto en el que nos encontrábamos en ese momento para abordarlos, tanto emocional, familiar, económico, tiempo…
Estas expectativas poco realistas pueden dar lugar posteriormente a la frustración o a la decepción, al haber una distancia considerada entre lo que imaginaba y lo que finalmente obtuve.
Por otro lado, también ocurre un fenómeno importante que es: cuando en el día a día no estamos conectando con nuestra parte emocional y humana, si no que nos encontramos sumergidos en el trabajo y demás ocupaciones de una forma en la que nos desconectamos de nuestro estado interno, por lo que cuando conectamos con este, también lo hacemos con ese malestar mayor que no hemos querido o podido reconocer.
Conectar con nuestro mundo interno: una necesidad del ser humano
Cuando esto ocurre, en terapia suelo hacer referencia a ello como ese armario en el que vamos metiendo cosas sin mirar detenidamente cómo está o de qué forma lo dejamos. Seguimos metiendo y, aunque cada vez sea más costoso, forzamos un poco, sin dedicar demasiado tiempo a mirar dentro… ¿qué ocurre? Llega un día en el que cuando abres este armario las cosas se caen y sentimos que se vienen todas encima.
Es por esto que, en las vacaciones no solo conectamos con aquello que es más agradable, sino también con lo que necesita que lo atendamos para favorecer nuestro bienestar, aunque sus señales sean desagradables.
Fuera distractores: estado psicológico interno
Es decir, nos encontramos con que el trabajo actúa en ocasiones como algo que nos distrae y que podemos estar usando de una forma más o menos consciente para evitar conectar con aquello que nos es más difícil. Por ello, necesitamos tener presente que el descanso es una necesidad básica del ser humano, no una recompensa al esfuerzo.
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