El abandono emocional: mito vs realidad
Cuando se habla de abandono hemos de tener presente que es una herida que afecta profundamente en nuestras relaciones. Esta herida hace alusión a un trauma en la vinculación con el otro, algo que se denomina trauma de t minúscula. Normalmente cuando aparece la palabra trauma se asocia a algo muy trágico, como accidentes o catástrofes naturales (denominados trauma de T mayúscula), sin embargo, existen otros tipos de trauma. Entre estos, se encontraría el abandono emocional.
Existe la falsa creencia de que el abandono es solamente físico, por ejemplo, dejar a un niño solo en el parque mientras que el adulto se va. Sin embargo, el abandono además de físico también puede ser emocional, como los siguientes ejemplos:
- Cuando mostraba mis emociones desagradables, como la tristeza, y los adultos que tenía alrededor me ignoraban
- Cuando pedía que pasaran tiempo conmigo y se burlaban
- Cuando no podía expresar mis emociones por miedo a cómo reaccionase la otra persona
Abandono emocional en las relaciones
Este abandono emocional puede pasar desapercibido durante años, incluyendo la infancia, ya que suele darse en las relaciones más próximas, como la familia, amistades (y la pareja en la etapa joven-adulta).
Hace alusión a la falta de atención, apoyo, validación y afecto emocional, es decir, aquello que es necesario para desarrollarnos tanto en la niñez como en la etapa adulta.
Al pasar desapercibido, favorece el no ser identificado hasta que aparecen sus consecuencias, afectando a los vínculos que formamos, a nuestra autoestima y confianza personal, a nuestra regulación de las emociones, entre muchas otras.
Señales de abandono emocional
- Dificultad para expresar emociones: incluso, puede haber dificultad para identificarlas, ya que pudieron no contar con un adulto que le ayudase a poner nombre a lo que le pasaba.
- Sensación de vacío o desconexión: Sensación de falta de interés vital, para disfrutar las relaciones o de que hay algo que les falta en sus vidas.
- Autoestima negativa: al recibir mensajes como que “sus emociones no son válidas” “que no es suficientemente bueno/a” o que “están molestando”, la imagen que van incorporando es negativa.
- Dificultad para confiar en los demás: teniendo miedo al rechazo (ser herido) o al abandono, fomentando una autosuficiencia extrema (independencia) o una dependencia excesiva.
- Dificultad para poner límites: acompañándose de emociones como la frustración, vergüenza o culpa.
- Relaciones conflictivas o insatisfactorias.
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