La responsabilidad afectiva hace referencia a una forma psicológica de comportarnos en nuestras relaciones para construir apegos seguros y dinámicas sanas.
La responsabilidad afectiva asegura comunicar nuestras emociones, pensamientos y disponibilidad emocional con el otro de una forma respetuosa. Además de esto, gracias a la responsabilidad afectiva podemos abordar los conflictos que pueden surgir en nuestras distintas relaciones con la mirada de cuidar al otro y a la relación, sin dejar de cuidarnos a nosotros/as mismos/as. Es decir, parte de la base de un equilibrio y respeto mutuo que abarca con distintas herramientas psicológicas.
La responsabilidad afectiva permite que midamos nuestro impacto en el otro.
Todas las personas tenemos una parte de responsabilidad en nuestras emociones y, como esto es algo que se puede aprender, se podrá incentivar desarrollando la inteligencia emocional.
A continuación, se va a exponer lo que SÍ es responsabilidad afectiva y cómo influye, para entenderlo mejor, se pondrá el ejemplo de una pareja:
- COMUNICACIÓN: ha de ser clara y honesta con la otra persona. Esto incluye aquellas conversaciones que, pueden ser incómodas, pero que a su vez son necesarias. Por ejemplo, una relación en la que se está forjando un vínculo de pareja, se han de evitar los juegos emocionales que dan lugar a conductas tóxicas. Se ha de conversar sobre cómo nos hace sentir esto y qué impacto estamos teniendo en el otro con nuestras respuestas.
- VALIDACIÓN EMOCIONAL: Como el origen desde el que se entiende la responsabilidad afectiva es el equilibrio, se asume que ninguna de las dos personas tiene una importancia mayor que la otra. Por esto, tampoco sus emociones serán de mayor significado o relevancia que las de la otra persona, sino que supone entender por qué la otra persona se siente de esa manera aunque nosotros/as nos podamos sentir de otra.
- LA IDEALIZACIÓN: Muchas veces, debido a la falta de información y, en parte, a haber sido expuestos a modelos de pareja que eran idealizados (por ejemplo, las películas de Disney), cuando una pareja se encuentra con un conflicto, puede pasar que se asusten o lo eviten, por el temor a:
Conflicto= no somos compatibles
Esto es falso, es normal que surjan dificultades (*no aplicable a relaciones de maltrato), la diferencia está en cómo se afrontan y cómo se encuentran los miembros de la pareja. Por ello, ante los conflictos la pareja ha de abordarlos de forma que sean ellos dos contra el problema, no el uno contra el otro. De este modo, utilizaremos la metáfora del nudo. Este nudo hace referencia al problema, que puede verse envuelto en asuntos pendientes, malentendidos, y, sobre todo, falta de entender la postura del otro. La única forma de poder recuperar la cuerda de ese nudo es: deshaciéndolo. Para ello, hay que hacerse la siguiente pregunta ¿de qué forma podemos deshacer este nudo juntos? Hay que ver donde está su origen (qué es lo que hay bajo esta discusión, quizás ¿miedo? ¿inseguridades? ¿algún tema pendiente por hablar?) y prestar atención a sus partes para entender cómo se ha trazado de esa manera.
- CORAZÓN Y CEREBRO: Este punto hace referencia a encontrar el equilibrio entre nuestras emociones y nuestro razonamiento. En la mayoría de los casos, el equilibrio entre ambos es lo que nos permitirá dar una respuesta útil y adaptada a la situación que estemos viviendo. Para ello, hay que exponer lo que sentimos con respeto hacia la otra persona, a la vez que hacemos un esfuerzo consciente por entender cómo la otra persona ha llegado a sentir eso. ¿Significa que al entenderlo nosotros lo hubiésemos vivido igual? No, significa que, aunque nosotros lo hayamos vivido de otra manera, entiendes por qué tu pareja ha llegado a sentirse de ese modo, según su forma de percibir el mundo y los aprendizajes que le han guiado a lo largo de su existencia.
La responsabilidad afectiva es algo que puede llegar a, en cierta medida, automatizarse en la forma de percibir al otro y nuestras relaciones, pero siempre requerirá un trabajo mental, un esfuerzo añadido para poder establecer una relación psicológicamente sana y construir un apego seguro.