La violencia obstétrica (VO) alude a la violencia que se ejerce sobre la mujer desde las instituciones de Salud en el proceso reproductivo y sexual de esta. Según distintos estudios, esta violencia no distingue de edad, religión o país, ya que es ejercida a nivel mundial.
Algunas formas en las que se encuentra la violencia obstétrica son:
- Procedimientos médicos invasivos y/o innecesarios.
- Violencia verbal: por ejemplo, humillaciones o faltas de respeto hacia la mujer atendida.
- Abuso físico.
- Violación de la privacidad y confidencialidad.
- No garantizar la prestación de una atención de calidad.
Estos son solo algunos ejemplos de casos que ocurren a nivel mundial, entre otros muchos que actualmente están ocurriendo.
La violencia obstétrica también puede englobar violencia psicológica que tendrá distintos efectos en la salud mental de la mujer y su entorno cercano, como pueden ser:
- Modificaciones en el autoconcepto
- Alteraciones emocionales: por ejemplo, altos niveles de estrés o somatización
- Alteración de la autoestima, sentimientos de poca eficacia o competencia
- Aumento de la sensación de soledad
- Sintomatología o diagnóstico relacionados con Trastornos Mentales como el Trastorno de Estrés Postraumático (TEPT) o Depresión Postparto (DPP).
- Afectación del vínculo formado entre el infante y la madre.
Estas consecuencias psicológicas no tienen por qué aparecer de forma inmediata, sino que pueden hacerse presentes posteriormente, a medio o largo plazo,
Por ejemplo, tras las investigaciones recogidas, estas señalan que aquellos partos que han tenido prácticas muy invasivas (y, en ocasiones, algunas de estas prácticas no habrían sido necesarias) como las episiotomías (durante un tiempo las llamadas episiotomías de rutina), generaban unas consecuencias físicas que podían hacer que el parto fuese percibido como una experiencia traumática, con sus posteriores impactos en la Salud Psicológica de la mujer.
Además, estas secuelas afectan al entorno cercano de la persona que ha sufrido VO, ya que, este núcleo ha podido ser testigo y haber sido expuesto a esta violencia.
Por otro lado, otra de las consecuencias que sufre el entorno es la falta de información y, en ocasiones, una violencia que puede ser invisible, ya que, además de ocurrir de forma directa, también puede aparecer de manera directa.
Es por esto que, la VO, se puede considerar un problema de Salud Pública y, por tanto, es importante poder tener acceso a psicólogos/as que faciliten información y ayuda terapéutica para intervenir a tiempo antes de que surjan futuros impactos negativos en la Salud Mental.