Además de las conocidas adicciones a sustancias, como pueden ser aquellas relacionadas con el alcohol, el cannabis o la cocaína, existen otras adicciones que pueden estar relacionadas con personas y situaciones, es decir, un conjunto de comportamientos adictivos que generan una dependencia en quien lo padece.
Socialmente, existe una diferencia en la percepción de los tipos de adicciones:
- Adicciones a sustancias: se relaciona con estigmas presentes en la sociedad.
- Adicción al trabajo (adicción comportamental): se relaciona con refuerzos sociales y económicos, es decir, la sociedad premia esta problemática. En relación con esto, se favorece que esta adicción persista e, incluso, no sea considerada como un problema para aquellas personas que pueden generar un beneficio de esta, por ejemplo: un solo trabajador está dedicando horas que podrían cubrirse con otros puestos de trabajo. Esto ocurre con la adicción al trabajo.
El trabajo es una actividad importante en la sociedad actual para poder satisfacer las necesidades básicas de las personas, estas necesidades están orientadas a que el ser humano pueda sobrevivir, como puede ser la alimentación. El trabajo se convierte en el medio para poder cubrir estas necesidades. Existen muchas formas de comportarse en esta actividad, por ejemplo, según los proyectos, valores o recursos que tenga la persona. Sin embargo, la distinción clave es que se puede asumir esta actividad de forma patológica, favoreciendo la aparición de problemas de salud, de conflictos interpersonales y/o en la calidad productiva generada.
El ámbito familiar suele ser uno de los principales afectados ya que se encuentran dificultades como una baja expresión del afecto o poco tiempo de ocio compartido, puesto que la persona dedica un esfuerzo y tiempo excesivo a su trabajo, pudiendo mostrar desinterés por el resto de las actividades que no tengan relación con el plano laboral.
Ante esta problemática puede verse añadida una adicción al consumo de sustancias, por ejemplo: a la cocaína, para reducir el agotamiento al que se ven sometidos, lo que agrava la problemática inicial.
Para poder entender mejor la importancia de estas adicciones sin sustancia, pondremos un ejemplo real que está ocurriendo en la actualidad. Como se expuso con anterioridad, las respuestas que la sociedad y la cultura ofrecen tienen un papel importante ya que, pueden facilitar o dificultar el acceso a la petición de ayuda. Uno de los países donde la actividad laboral es especialmente premiada por el entorno es Japón, donde hay un porcentaje relevante de la población que trabaja jornadas de más de 12 horas para evitar sus problemas personales. Fue en este lugar donde se le dio nombre al Síndrome de Karoshi, el cual se traduce por <<muerte por exceso de trabajo>> que presenta algunas características como:
- Jornadas de trabajo excesivamente largas.
- Ausencia de descansos.
- Aparición de culpa al detener la actividad laboral.
- Dificultades en el sueño.
- Dolores estomacales.
Estas son solo algunas características de muchas otras que han de ser evaluadas por un profesional de la salud y que hacen referencia a cómo se puede generar un comportamiento patológico (y sus consecuencias) de una actividad.
Desde Psicalma podemos evaluar e iniciar un tratamiento si así se requiere con el objetivo de que la persona alcance su bienestar mental, acompañando e interviniendo en estas problemáticas.