El juego es una actividad fundamental en la infancia no sólo porque es una fuente de diversión y emociones agradables sino también porque tiene una función importantísima en la regulación emocional y en el desarrollo:
- Físico
- Cognitivo
- Emocional
- Social
¿Por qué es tan importante?
A través del juego, se ponen en marcha diferentes mecanismos y habilidades que nos permiten desarrollar y adquirir hitos evolutivos.
Un hito evolutivo es: una habilidad o comportamiento significativo que un niño adquiere en un momento específico de su crecimiento y desarrollo. Estos hitos sirven como indicadores de progreso en diversas áreas del desarrollo.
Algunas destrezas y claves del desarrollo son:
- Habilidades motoras: correr, saltar, construir o dibujar.
- Creatividad: imaginación, generar alternativas o pensar de forma innovadora.
- Habilidades sociales: conocer a otras personas, explorar distintas formas de pensar y comportarse o sentirse competente y cómodo en el trato con los demás.
- Expresión de emociones: crear situaciones donde manejar las distintas emociones que aparecen, regular las suyas propias a través del juego o experimentar situaciones posibles y ver cómo se siente en ellas.
- Comunicación: A través de la interacción se potencia el desarrollo del lenguaje, adquisición de palabras, de los distintos estilos de comunicación, entre otras.
¿Cómo se utiliza en terapia infanto-juvenil?
Uno de los aspectos clave de la terapia infantil es la evaluación e intervención a través del juego, ya que este, como ya señalamos con anterioridad, nos permite observar hitos evolutivos alcanzados y posibles dificultades emergentes de forma lúdica para el menor. Además, a través del juego, el menor se siente en un espacio cómodo, seguro, lo que ayuda a generar un buen vínculo con el psicólogo/a que le acompaña.
¿Qué consecuencias puede tener no jugar en la infancia?
Las consecuencias de no haber tenido experiencias suficientes de juego en la infancia han sido estudiadas por numerosos estudios en Psicología y han demostrado que su privación afecta al desarrollo y a la adquisición de los hitos evolutivos, en línea con lo que comentábamos con anterioridad.
Estas importantes consecuencias podrían verse reflejadas en algunos casos como:
- Dificultades en la resolución de problemas
- Problemas atencionales, siendo el tiempo de atención reducido en algunas tareas como las académicas
- Menor confianza para afrontar distintas situaciones
- Relaciones sociales reducidas y con dificultades para integrarse
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