La gestión de la economía en la adultez depende de múltiples factores, sin olvidar el factor y la realidad social de cada uno.
Además de esto, también influyen las experiencias pasadas, creencias y emociones asociadas a la economía, moldeando la relación con el dinero y que puede llevar a una mala gestión financiera, por exceso o por defecto.
La herida económica: nuestras vivencias anteriores con el dinero
La herida económica hace referencia a estas experiencias, creencias, emociones y formas de comportarse con el dinero. Esta suele generarse especialmente en la infancia y/o etapa adolescente.
Algunas vivencias que pueden desencadenar esta herida son:
- Crecer en un entorno con dificultades económicas: haber podido vivir ansiedad hacia lo económico, preocupaciones sobre los gastos o haber sentido peligro o vulnerabilidad puede favorecer una mala relación con el dinero a posteriori, aunque la situación económica incierta ya haya cesado.
- Haber experimentado crisis económicas a nivel social: ya sea en tu propia familia o en el de otras personas.
- Aprender modelos erróneos en la relación con el dinero: Por ejemplo, con algunos mensajes como “el dinero es la raíz de todos los males”.
- No haber tenido límites claros: lo que favorece dificultades para ser consciente del valor de las cosas o para regular su uso.
Problemas psicológicos ligados a mala gestión del dinero
- Llenar vacíos emocionales a través de gastos excesivos: por ejemplo, a través de las compras.
- Dificultad para controlar impulsos: ante gastos impulsivos.
- Sensación de insatisfacción o culpa
- Dificultad para poder disfrutar de la parte económica
- Estrés y ansiedad financiera constante aún cuando no hay una situación irregular
- Renunciar a actividades sociales que impliquen gastos cuando no hay una situación irregular
- Mantener posesiones en mal estado por evitar costos de reparación aún cuando no hay una situación irregular
- Dificultades en la propia regulación y en las relaciones sociales
- Si no sabes cómo te sientes al aparecer mucha confusión con el uso del dinero, puedes comenzar haciendo un registro con lo que consideras “gastos” (aquellos que te generan un coste pero que verdaderamente no te aportan algo, por ejemplo, comprar una camiseta que crees que no te pondrás) e “inversiones” (por ejemplo, una formación en algo que además te gusta especialmente) y anotando al lado qué has sentido con ese acto.
Terapia psicológica en Madrid
Como en otros aspectos, la relación con el dinero no deja de ser una relación. Esto significa que está cargada de significados, emociones y comportamientos hacia este que puede interferir en nuestro funcionamiento.
En ocasiones, podemos caer en el error de “normalizar” ciertas actitudes que nos están generando malestar u ocasionando algunos problemas, incluso, en nuestras relaciones personales.
Además, es importante tener cierto autoconocimiento sobre cómo las heridas económicas están pudiendo relacionarse con otros aspectos como nuestro sistema de valores, nuestra sensación de seguridad, o valía, por ejemplo.
Si te sientes identificado/a con algo expresado con anterioridad, desde Psicalma contamos con profesionales especializados que pueden ayudarte.
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