Muchas veces en nuestro día a día escuchamos a la gente en distintos sitios hablar sobre autoestima. Sin embargo, no siempre se refieren a ella con el mismo significado e incluso con distintos fines. Esto se explica porque desde la psicología, existen distintos términos que aluden a aspectos relacionados con uno/a mismo/a pero que no se refieren a la autoestima.
Por ejemplo, el autoconcepto es la descripción que hacemos de nuestra persona. Es decir, sería aquello a lo que responderíamos para definirnos, sin decir si esto es bueno o malo.
Por otro lado, la autoestima es la valoración que hacemos de esa definición que hemos hecho de nosotros/as mismos/as. Esta valoración puede ser positiva o negativa, por eso en realidad, como término psicológico no se usa una alta o baja autoestima, sino una autoestima positiva o negativa. Lo que ocurre es que a nivel social se generalizaron conceptos que en la práctica psicológica o clínica no son del todo correctos. ¿Por qué? En realidad no es que la autoestima pueda configurarse como elevada o baja sino que la evaluación que hacemos es positiva (nos gusta, nos apreciamos) o negativa (somos críticos con nosotros/as mismos/as y no reconocemos nuestros logros, entre otras cosas).
Pero ¿dónde está una de las claves psicológicas más importantes?
En lo que a ti te importa. Hay veces que podemos destacar mucho en un área (por ejemplo la académica) pero si esta no es la que más me importa o es especialmente relevante para mí no me servirá de gran ayuda para disfrutar mis logros. Por tanto, es importante que sea consciente de lo que estoy consiguiendo en áreas que son menos relevantes para mí pero es fundamental que consiga éxitos en aquellas que realmente me importan.
Normalmente se ha de encontrar un equilibrio, manteniendo áreas que son necesarias para mi desarrollo aunque me interesen menos (lo hago porque es necesario) y potenciando aquellas con las que me siento bien. Por esto es fundamental saber qué me gusta. Te invito a que pares por un momento, escribas en una lista qué cosas te gustan o querrías empezar a hacer y te hagas una pregunta estoy¿ en el camino hacia donde quiero estar, donde me siento realizado/a? Si la respuesta es que no, entonces pregúntate ¿qué pequeños objetivos me pueden llevar a ello?
Por último, también es importante destacar otra clave. Cuando favorecemos la autonomía del otro, esa persona está pudiendo desarrollar la idea de que es capaz de enfrentarse a las cosas y encontrar soluciones para estas. De este modo, una mayor autonomía (dentro de los límites) puede relacionarse con una construcción más positiva de la autoestima, a través de la consecución de logros y la identificación de sí mismo/a como “capaz”.
Si necesitas ayuda porque crees que estás teniendo dificultades con esto, no sabes qué te gusta o hacia donde va tu camino o simplemente no te encuentras bien pero no sabes por qué, acude a terapia psicológica donde habrá personas que te están esperando para poder ayudarte, si hay algo que permanecerá seguro en el tiempo, es la relación que tenemos con nosotros/as mismos/as, por eso es tan importante cuidarnos.