La crisis producida por COVID – 19 ha dejado no solo consecuencias en la salud física sino también en otras áreas como son la economía, política, educativa o social, entre otras, lo que, en definitiva, hace referencia a un daño integral en la salud humana. Este impacto afecta directamente a la salud mental de las personas, ya que, además de las dificultades psicológicas encontradas durante (también posteriormente) el propio confinamiento o el estrés y ansiedad mantenidas durante un período prolongado, se encuentran aquellas afectaciones derivadas de esos daños anteriormente mencionados, como la pérdida de seres queridos, problemas laborales o el miedo en los niñ@s a interactuar físicamente con otros iguales.
Estos niños/as y adolescentes son una población especialmente vulnerable a este impacto psicológico ya que se encuentran en un momento vital de desarrollo de habilidades sociales, recursos para adaptarse a situaciones cambiantes y su personalidad, para lo que es necesario estar en contacto con personas de su edad.
Para comprender esto, hay que tener en cuenta que, el cuidado de los menores, no solo es físico, sino que para sobrevivir también se requieren cuidados emocionales, de lo contrario, se ha visto en distintos estudios cómo las crías o bebés pueden enfermar o incluso, morir.
Estos cuidados emocionales son diferentes según la edad, por ejemplo, la adolescencia es una etapa fundamental para consolidar la identidad, promover la autonomía y facilitar la independencia.
Fue en el año 2020 cuando la ONU ya destacó las repercusiones en la salud mental de los menores tras este evento, entre las que se encuentran algunas como:
- Impacto negativo en las emociones y su regulación de los menores
- Impacto en el comportamiento de estos niños/as y adolescentes
- Problemas en las reacciones emocionales o
- Problemas de sueño
Además, este suceso estresante ha influido negativamente en cómo los adolescentes están configurando lo que pueden esperar del mundo y su evolución, encontrando afectaciones en:
- Perspectiva de su desarrollo
- Proyecto de vida
En relación con esto, 1 de cada 3 adolescentes en Reino Unido señala un empeoramiento en su salud psicológica.
Es por esto que, distintos estudios científicos, indican como un factor fundamental la atención psicológica durante y después (especialmente si no se pudo tener acceso a ella previamente) del confinamiento.
Desde Psicalma no solo se encuentran los recursos para evaluar a los niñ@s y adolescentes, sino que, se realizan terapias especializadas en los menores y, si fuera necesario, también con las familias.