Ya desde el año 2001 la Organización Mundial de la Salud (OMS) destaca la importancia de la actividad física y el deporte en distintas zonas del mundo como un factor influyente positivamente en la esperanza y calidad de vida.
Así, el deporte además de presentar este impacto en la salud física, reduciendo el impacto de enfermedades de duración crónica, promoviendo una alimentación saludable y hábitos beneficiosos (opuestos a hábitos nocivos como el tabaco), ha indicado efectos positivos en la salud mental.
Estos resultados en la salud (física y psicológica) se relacionan con:
– Una liberación de endorfinas (sustancias químicas que actúan sobre áreas del cerebro relacionadas con la sensación de placer) que inducen estados agradables en nuestro organismo, reduciendo estados ansiosos, depresivos o estresantes.
– Una inhibición en aquellas fibras nerviosas que se relacionan con el dolor, induciendo sensaciones de anestesia.
Además, el ejercicio físico genera efectos en 3 niveles:
Ø Físicos
Mejorando el funcionamiento de los distintos sistemas, desde el cardiovascular hasta el osteomuscular, reduciendo patologías como la obesidad o los niveles séricos de colesterol.
Ø Sociales
Favoreciendo la integración social y facilitando el desarrollo de estrategias o valores a través de una actividad deportiva.
Ø Psicológicos
Adquisición de hábitos saludables que permiten desarrollar una visión más competente de la persona, lo que facilita efectos positivos en su autoestima, favoreciendo así una autoimagen más empoderada.
Por otro lado, el deporte se presenta como una estrategia adecuada: ayuda en la gestión de las emociones, especialmente en aquellas que pueden estar apareciendo de forma desbordante.
è Por ejemplo, el enfado genera una tendencia a la acción, una energía que puede ser invertida en la actividad física, además se generaran endorfinas, placer, lo que es opuesto a la ira.
Añadido a lo anterior, potencia la adquisición de habilidades sociales, la resiliencia y una disminución en la probabilidad de padecer enfermedades físicas y/o psicológicas.
La relación entre deporte y salud emocional ha sido mostrada en diferentes estudios, así como la importancia de su integración en las terapias orientadas a la persona.
La OMS (2020) refiere y prevé un incremento de la inactividad física y sus repercusiones negativas en las diferentes facetas de la persona, lo que toma especial relevancia dada la situación actual (donde las cifras sobre los problemas de salud psicológica están aumentando). Es por esto que el área de la actividad física ha de estar presente y tomar un papel mayor al actual, promoviendo efectos beneficiosos psicológicos.