La inseguridad y la continuidad de la pandemia (que ahora mismo se encuentra en un nuevo incremento acelerado de casos positivos) son los temores más presentes en la población de cara al año próximo.
Cuando se le pregunta a la mayor parte de las personas que acuden a nuestra consulta una palabra que describa el año 2021, “incertidumbre o inseguridad”, son las más repetidas.
La llegada del Covid-19 ha puesto en cuestionamiento la idea occidental de: “es posible mantener todo bajo control” o la de “hay que buscar soluciones puntuales y rápidas para todo”. Nos vemos obligados a tolerar la incertidumbre, y de esto, poco se nos enseña en las aulas.
Es imposible tener una respuesta para todo, a veces, es cuestión de tiempo. Tolerar la incertidumbre es tener la capacidad para lidiar con la falta de certezas y de soluciones inmediatas. Lo anterior ayuda a soportar mejor el conflicto, la diferencia y modula las relaciones con los demás y con uno mismo.
¡Abraza la incertidumbre!
Se trata de una forma de avanzar a pesar de las tormentas y las crisis, sabiendo que puedes transitarlas porque no te hacen perder la serenidad, la paz y la confianza.
Es una buena estrategia teniendo en cuenta que la vida no es lineal.
Porque, aunque a veces la vida también son momentos en los que todo parece encajar, en los que podemos agarrarnos a pequeños reductos de calma y seguridad, el verdadero reto es aceptar lo que está pasando en cada momento, dentro y fuera de ti, incluso cuando lo que pasa es extremadamente difícil y no puedes aferrarte a nada… incluso cuando sientes que tu mundo se está viniendo abajo contigo dentro; porque la realidad es que siempre tienes algo a lo que agarrarte: el control sobre lo que pasa dentro de ti.
“Ese momento en el que toda la preocupación, el miedo y la angustia que te provoca lo desconocido se esfuman y se convierten en ganas de aprender, de lo bueno y de lo malo que pueda venir. Ya lo dicen… cuando nada es seguro, todo es posible, y cuando todo es posible, te sientes libre”
Del libro: “Querida incertidumbre: te lo debo todo”.
Y tú, ¿qué le pides al próximo año?