Ya hablamos con anterioridad sobre la importancia de los hábitos y las rutinas en la infancia como un eje fundamental que ha de estar presente en la vida del menor. Además, estos hábitos y rutinas brindan la oportunidad de entrenar y desarrollar capacidades psicológicas que serán necesarias posteriormente, como son:
- La espera.
- La disciplina.
- La aceptación de normas y adaptación al contexto…
y, especialmente, favorecen una autoestima positiva: el menor se siente con más autonomía y capacidad para conseguir o resolver aquello que necesita.
Unos años más tarde, entre los 8 y los 14 años, las exigencias que aparecen en la vida del niño/a o adolescente son más costosas y requieren poner en marcha habilidades nuevas o de mayor complejidad. Cuando los hábitos y las rutinas han estado alterados en edades previas y/o lo están en la actualidad, aparecen problemas de diverso tipo, como pueden ser:
- Agresividad.
- Resistencia para asumir responsabilidades: por ejemplo, recoger las pinturas.
- Ansiedad: necesito que me digan que hacer, si no me bloqueo…
¿Cómo pueden ayudar los papás y mamás a sus hijos/as en las tareas?
Una vez realizados los cambios necesarios y la instauración de rutinas y hábitos de la familia en el hogar, es cuando se pueden poner en marcha estrategias que ayuden a realizar las tareas en relación con estas rutinas, algunas de ellas son:
- Crear un horario de casa para el menor: El objetivo es poder apuntar en el organizador de la semana qué cosas van a hacerse cada día, siguiendo el orden de estas.
Por ejemplo: lunes a las 8:00h Pepito entra en el cole hasta las 14:00h. A las 14:15h será la hora de la comida. Tras recoger su plato, a las 14:45 cada uno puede descansar unos 30 minutos. Sobre las 15:15h se realizarán las tareas escolares… y así hasta el final del día.
Cuanto más visual sea este horario (colores, dibujos que le gustan a Pepito…) mejor.
- Fijar un tiempo para realizar tareas dentro de la rutina del niño/a: Por ejemplo, si la hora al terminar de comer es a las 14:15h, se avisa a Pepe de que la hora para realizar las tareas comenzará a las 15:15h. Durante el tiempo que esté realizando esas tareas si tiene dificultades puede pedir ayuda de forma calmada y le ayudaremos.
- Usar relojes de arena: a veces los más pequeños tienen dificultades para saber cuánto tiempo ha pasado realmente o cuánto tiempo queda para que finalice un intervalo de tiempo. Una estrategia muy útil es adquirir relojes de arena, de este modo se explica: Pepito, tienes 15 minutos para recoger la habitación y después podrás jugar, en este reloj de arena puedes saber cuánto queda, la arena bajará y cuando toda la arena haya bajado será que el tiempo se ha acabado.
- Establecer objetivos semanales: Junto con el niño/a se establecen objetivos semanales que ha de cumplir (por ejemplo: objetivos en el colegio 1) llevar los deberes de mates, 2) estudiar lunes y martes para el examen del miércoles…) y, si estos se consiguen, pueden obtenerse algunos premios como pueden ser: un rato más en el parque o elegir una actividad agradable para esa semana (ejemplo: ir al cine). Esta recompensa se avisa cuando se establecen los objetivos.
- Fundamental: reforzar aquellos comportamientos que sí nos gustan y son buenos para su desarrollo: Ejemplo, cuánto me alegro de que me pidas ayuda estando calmado Pepito, ¿en qué puedo ayudarte?
Estas claves son generales, para cada persona habrá que desarrollar una intervención específica en función de sus características, necesidades o problemáticas.