La rana hervida

La rana hervida: una metáfora para entender el maltrato

Una pregunta frecuente en las relaciones de maltrato:

En diferentes ocasiones, dentro y fuera de la consulta, observamos a numerosas personas que se preguntan cómo alguien ha podido o puede quedarse al lado de una persona que no le está tratando bien, que se encuentra en una relación de maltrato.  

En una visión reducida, imagina que te planteasen <<elegir>> si quieres estar o no en una relación de maltrato. Dar una respuesta negativa a esta pregunta sería algo sencillo e incluso, evidente, de responder. Sin embargo, también se estaría dando erróneamente por hecho que el maltrato comienza de una forma brusca e intensa, algo que no suele suceder así, ya que aumentaría las probabilidades de escapar de esa situación.

En la vida real las cosas no son tan sencillas o simples como este planteamiento referido anteriormente, ya que nos encontramos con numerosos factores a lo largo de nuestra vida, nuestra infancia, aprendizajes, creencias, personalidad, manipulaciones, entre otras muchas, que influyen en cómo percibimos, sentimos y actuamos.

De este modo, se puede ir deduciendo que esta problemática es algo mucho más complejo, elaborado e, incluso, inconsciente.

Una metáfora para entender el maltrato en las relaciones:

Para explicarlo mejor, se utilizará la metáfora de: El síndrome de la rana hervida:

Una vez había una rana nadando en una cazuela llena de agua. Ella no se daba cuenta, pero poco a poco el agua estaba calentándose y, al cabo de un tiempo, el agua dejó de estar fría y comenzó a estar templada. Esta temperatura era agradable, no estaba fría pero tampoco muy caliente y, como subir la temperatura había sido progresivamente este cambio no había sido apenas notorio. Poco a poco, seguían pasando las horas, los días… el tiempo y el agua seguía subiendo muy poco a poco la temperatura, hubo momentos en los que se empezó a volver muy desagradable pero justo después, parecía que el agua se enfriaba un poco. De este modo, en estas subidas y bajadas la rana se iba encontrando cada vez más cansada y, aunque ella no se daba cuenta, su piel ya estaba sufriendo algunas rojeces e, incluso, quemaduras. Llevaba mucho tiempo dentro de esa agua y ya no se acordaba de cómo era el agua fría, incluso había dejado de notar su piel y, aunque intentaba salir, no tenía fuerzas pues se encontraba muy cansada y con mucho daño.

El ciclo de la violencia y sus señales:

En esta metáfora, se explican algunas claves de las relaciones de maltrato:

  • El maltrato no suele comenzar de forma brusca e intensa e, incluso, en los inicios de la relación puede haber una etapa muy agradable (el agua templada).
  • El maltrato puede ser progresivo, un comentario negativo sobre algo de tu ropa, un familiar o amigo. También puede ocurrir en cuanto a las salidas por separado: <<¿así eres que te vas a ir dejándome solo/a?, está claro que no significo nada para ti…>>
  • El maltrato puede no ser lineal, esto significa que hay etapas de explosiones (el agua muy caliente) y otras de una falsa luna de miel (el agua reduce su temperatura por un tiempo). Ejemplo: tras una discusión violenta la persona que maltrata le envía algunos textos de amor a la otra persona, le hace detalles o se presenta en su trabajo.
  • Hay un desgaste progresivo en la persona, que favorece que la persona se sienta atrapada, por ejemplo, el atrapamiento emocional a través de la dependencia emocional.

Tratamiento psicológico:

El tratamiento psicológico en las relaciones de maltrato además de que acompaña y ayuda a la persona inmersa en este tipo de relación también está enfocado en trabajar con posterioridad a la relación para reparar los daños sufridos, así como para intervenir en que no se repita de nuevo el mismo modelo de relación.

Terapia psicológica especializada en maltrato en Madrid

Cuando una persona piensa en pedir ayuda y, especialmente tras experiencias de haber recibido un maltrato, lo que necesita es un profesional especializado que, en un entorno seguro, pueda generar un espacio de confianza y entendimiento en el que la persona que acude se sienta mejor. Desde Psicalma recordamos la importancia de pedir ayuda y quedamos disponibles para acompañaros en este proceso que, aunque puede ser difícil, también será un punto de inflexión para alcanzar ese bienestar, calma y autocuidado.

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