Cuando el cuerpo habla

Cuando el cuerpo habla

Vivir en automático

Como ya hablábamos con anterioridad, hay ocasiones en las que uno se puede ver sumergido en el día a día sin una consciencia real de lo que está ocurriendo, tanto en aquello que sucede alrededor como dentro de uno mismo.

En ciertas ocasiones, se pueden realizar algunas tareas con cierto dinamismo o fluidez, pero cuando se realizan las tareas o se viven las situaciones con un cierto automatismo, esto pone de manifiesto que no hay una adecuada escucha interna.

Consecuencias psicológicas de ante una inadecuada escucha interna:

Si no hay una adecuada escucha interna, esta dinámica no será sostenible a medio y/o a largo plazo, ya que nuestras emociones tienen una serie de necesidades que han de ser:

  • escuchadas,
  • comprendidas y
  • atendidas.

Cuando esto no se da, sus emociones encontrarán la forma de que la persona redirija el foco hacia ellas, emitiendo ciertos avisos e incrementando la intensidad, frecuencia y o duración de estas, como, por ejemplo:

  • Leves dolores de cabeza que pueden evolucionar hasta episodios más prolongados, recurrentes que pueden llegar a interferir en el día a día.
  • Sensaciones de fatiga o cansancio que no desaparecen, incluso, aunque la persona descanse.
  • Estados de tensión y alerta en el día a día: lo cual se relaciona con una elevada tensión muscular que puede no ser apreciada por la persona.
  • Olvidos o sensación de confusión al tratar de recordar, por ejemplo, algún evento o algo que la persona hizo en el día.

¿Se controlan o eliminan las emociones?

En ocasiones, llegan personas a consulta que verbalizan que <<necesitan dejar de sentir esa ansiedad, que quieren eliminarla o controlarla>> así como <<que quieren controlar a su cabeza>>.

Desde la Psicología, entendemos que cuando estas emociones están desajustadas puede ser muy desagradable para la persona y especialmente difícil, ya que pueden, incluso, llegar a interferir en el desarrollo de la vida de la persona y es algo que es importante tenerlo en cuenta.

Añadido a lo anterior, algo que va a ser fundamental tener en cuenta es que no se trata de <<controlar>> a las emociones ni de <<eliminarlas>>, ya que nuestras emociones están ahí para que sobrevivamos.

Regulación emocional:

Se trata de comprender qué es lo que está ocurriendo, cuál es el origen para haber llegado al punto actual de la persona y dar espacio a sus emociones. Es decir, esas emociones tan desagradables no han podido ser atendidas por diversas razones, y ahora están desajustadas, <<haciendo mucho ruido>> para que la persona pueda detenerse y mirar hacia dentro de sí misma. De este modo, también se producirán cambios en la relación de la persona consigo misma y con el entorno, desde una narrativa más compasiva y desde el autoconocimiento.

Así, habrá que dar respuesta a esas necesidades que siguen presentes y aprender a tener una regulación emocional distinta y que la persona pueda tener otras estrategias.

Psicólogos especializados en Madrid

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