Hustle culture: Historia de este término y filosofía
Este término tiene sus raíces en la palabra inglesa hustle que hace referencia a “trabajar duramente” o a “buscar oportunidades de una manera agresiva”. Este término se ha popularizado recientemente, pero lo cierto es que no es nuevo y tiene su origen varias décadas atrás.
Entre 1970 y 1990 este concepto se utilizaba en contextos como los negocios y el deporte de competición, es decir, en aquellos donde se encontraba un ritmo de trabajo y unas jornadas muy intensas. Son características algunas frases de estas etapas como “no pain, no gain” (sin dolor no hay ganancias).
En los 2000 ocurre un auge del emprendimiento con la llegada de las startups (empresas de reciente creación basadas en tecnologías de la información y la comunicación para la comercialización de sus productos).
En 2010 con la afluencia de las redes sociales aparecen estos mensajes con más fuerza, haciendo alusión a dormir menos y trabajar más.
Sin embargo, en 2020 este movimiento comienza a recibir críticas tras la pandemia del COVID-19, debido al impacto psicológico sobre algunas cuestiones vitales.
Lo que puede haber detrás: 2 ejemplos de heridas emocionales
Es importante tener en cuenta que, aunque este fenómeno tiene importantes implicaciones para la salud, se encuentra con la dificultad de que este ritmo tan elevado de productividad puede tener algunos beneficios que dificultan salir de él.
Estos beneficios, además de los económicos según las circunstancias (por ejemplo, trabajar más y obtener mayores ingresos), también puede estar respondiendo inconscientemente a heridas emocionales.
- La herida del reconocimiento “valgo por lo que hago”: Si en tu infancia pudiste entender que tus logros estaban ligados a tu valía, es frecuente poder buscar validación a través del trabajo excesivo.
- La herida del rechazo “si no logro o no produzco no me querrán”: Si en la infancia o adolescencia te sentías aceptado cuando cumplías las expectativas de los demás, puede que ahora sientas que este ritmo de trabajo es “lo que debes hacer” o incluso “lo que quiero hacer”.
Consecuencias psicológicas
Existen algunas consecuencias psicológicas como resultado a estar llevando a tu cuerpo y a tu sistema a un ritmo excesivo mantenido en el tiempo, como son:
- Sensación de vacío cuando no estás ocupado/a
- Sensación de “ser suficiente” cuando trabajas y de “no ser suficiente” cuando no produces.
- Miedo a decir “no” por ser visto como “incompetente” o “no cumplir las expectativas”.
- Trabajar más horas de las necesarias.
- Dificultad para descansar.
- Agotamiento, sensación de apatía o fatiga.
- Problemas de sueño.
- Ansiedad y culpa.
- Burnout: estado de agotamiento físico, emocional y mental por estrés crónico en el trabajo.
Terapia psicológica en Madrid
Estas consecuencias pueden ser un claro indicador de que la intensidad, frecuencia y/o duración de este ritmo puede estar siendo excesivo. Esto, como se comentaba con anterioridad, es la parte visible de otros asuntos no tan conscientes que han favorecido poder llegar a ese nivel.
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