Momento para ir a terapia

¿Cuándo es el momento de ir a terapia?

Quizás en ocasiones hayas oído hablar sobre la terapia, quizás conozcas a alguien que ha empezado un proceso terapéutico e incluso puede ser que te hayas preguntado si es el momento de iniciarlo tú también.

Lo primero que hay que tener en cuenta es que las personas que acuden a terapia pueden hacerlo por motivos muy diversos, desde el propósito del crecimiento personal hasta, por ejemplo, la ideación suicida. Esto hace referencia a la falsa creencia popular de que “hay que acudir al psicólogo cuando ya el vaso se ha desbordado”, puesto que una intervención temprana ayudará a prevenir futuros problemas.

La Psicología y el tratamiento psicológico son objeto de estudio de las Ciencias de la Salud, por lo que su evidencia es demostrada a través de numerosos estudios científicos que señalan este tratamiento como efectivo y de primera línea para distintas problemáticas de Salud Mental.

Algunas señales de que es el momento de ir a terapia pueden ser las siguientes:

  • El malestar o el sufrimiento que sientes comienza a interferir en las actividades de la vida cotidiana
  • Sientes que no sabes cómo controlar la aparición de este malestar: irrumpe sin ser llamado y en situaciones en las que no son adecuadas
  • No sabes cómo detener este malestar: por ejemplo, hay veces que viene acompañado de pensamientos en bucle no controlados
  • Cada vez se prolonga más la duración de este malestar y afecta a más ámbitos
  • Dificultades en el sueño o en las relaciones interpersonales
  • Crisis existenciales, miedo al futuro o elaboración de duelos por pérdidas

Estas son sólo algunas de las señales que una persona puede llegar a detectar, sin embargo, existen muchas más.

Los beneficios de acudir a terapia son:

  • Te ayuda a tener un mejor estado de ánimo y, por tanto, a sentirte mejor: regula las emociones de forma que estas aparezcan con una función útil, es decir, aparezcan con una intensidad, duración y frecuencia que sean buenas para la persona.
  • Te permite entender cómo has llegado hasta el punto en el que estás y por qué te comportas, piensas y sientes de la forma en que lo haces. Comprendes de donde vienes y por qué te has desarrollado de esa manera.
  • Es la oportunidad de poder cambiar aquello que no es bueno para ti pero que has aprendido a vivir con ello aunque te provocase sufrimiento
  • Te da un mayor control, ya que aprendes herramientas que te permitirán resolver conflictos y tomar decisiones
  • Las creencias limitantes son reestructuradas: cada persona tiene una serie de esquemas mentales con los que entiende el mundo. Sin embargo, estos no siempre son útiles y buenos para relacionarse con el entorno y con uno mismo y han de ser desaprendidos y aprenderlos de otra manera.

Acudir a terapia es un acto de valentía y de amor propio, ya que permite poner fuera lo que cada uno tiene dentro y desenredar esos nudos (que a veces llevan tiempo con nosotros) para darles una forma nueva.

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