El error de sentirse productivo

El error de “sentirnos productivos”

En ocasiones podemos encontrar en terapia la situación de que la persona se sienta mal o poco útil alegando, por ejemplo, que “ayer no hice nada productivo” o también acompañado de frases como “esta mañana he vagueado porque no he estado trabajando tanto…”

Desde la Psicología es importante prestar atención a lo que se pone de manifiesto en los ejemplos anteriores puesto que se ha establecido una relación entre la productividad y la autoestima, de forma que lo que eres capaz de producir va a condicionar lo válido que seas.

Pero ¿por qué se genera esta falsa relación entre estos conceptos?

Con especial énfasis en los últimos tiempos, vivimos en una sociedad que demanda inmediatez, resultados instantáneos sin la necesidad de grandes esperas, lo que dificulta a nuestro cerebro aprender a tomar espacios de tiempo. Esto también está asociado a un ritmo de vida que es acelerado, por lo que se puede aprender una falsa creencia de que las cosas no pueden esperar.

  • Por poner un ejemplo sencillo, si me apetece ver una serie, tengo a mi disposición plataformas a las que accederé sin esperas y sin un límite de tiempo. Esto favorece que el cerebro se acostumbre a una falsa inmediatez necesitando de esta adrenalina o cortisol (entre otros neurotransmisores) que son generados en menor proporción cuando no hay una actividad tan excesiva. 

Además, hay que tener en cuenta que vivimos en un contexto social en el que están más presentes los castigos que los refuerzos, de modo que las personas (en su historia vital de aprendizaje) estarán más acostumbradas a ser castigadas por sus errores que premiadas por sus logros. Lo que suele implicar que, para obtener un refuerzo, el esfuerzo empleado ha tenido que ser muy elevado. Sin embargo, el cerebro extrae el resultado ya que es el que ha sido reconocido como válido y puede establecer ese nivel como el mínimo exigido para ser recompensado de nuevo, ignorando el esfuerzo y las condiciones en las que se ha llevado a cabo

  • Por ejemplo: si mi entorno solo me ha reconocido mis méritos académicos cuando mi nota era superior al 8, podré establecer esa nota de corte mentalmente para juzgar mis trabajos y exámenes realizados como apta, aunque en realidad sea una nota objetivamente destacable. Pero… ¿es igual examinarme en una sala a 40º que a 20º? No, ya que las condiciones en las que nos encontramos van a influir en nuestro rendimiento, condiciones que no suelen ser valoradas.

Añadido a esto, el establecer altas marcas o cortes (por ejemplo: una nota académica o el rendimiento en el trabajo) como lo mínimo esperable para que sea apto implica que el éxito conseguido no sea reconocido como tal, sino como un discurso que expresa este resultado es lo que se ha de hacer por lo que suele verse afectada la autoestima.

El descanso es un factor clave y necesario para la supervivencia del ser humano.

En terapia se puede trabajar la productividad y su relación con la autoestima y el descanso ya que, una productividad en exceso puede ser problemática para la persona.

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