Septiembre para muchas personas es un mes de cambios y nuevas metas, ya que, junto con el mes de enero, son dos meses que se toman de referencia para llevar a cabo ciertos cambios.
Este mes implica un nuevo ajuste de horarios y rutinas, ajustes que la Psicología señala como influyentes, en mayor o menor medida, en los seres humanos.
Esto se debe a diferentes razones psicológicas, una de ellas recibe el nombre de ritmos circadianos. Estos ritmos circadianos cumplen la función de estructurar nuestro sueño – vigilia, es decir, es un reloj biológico.
Estos ritmos circadianos pueden influir en aspectos como:
- Regular nuestra temperatura
- Liberar hormonas
- Señales de hambre
Los ritmos circadianos pueden verse influidos por cambios en el entorno,
- por ejemplo: el horario de trabajo (como los turnos de noche) o por la exposición (o falta de ella) a la luz.
- Otro ejemplo claro es el desajuste que sufrimos al viajar a otro país con una diferencia horaria notable, ya que nuestros ritmos circadianos han aprendido a regularse tomando como referencia otro huso horario.
Al comenzar de nuevo la rutina, estos ritmos circadianos han de adaptarse de nuevo (en mayor o menor medida según la persona) y hemos de llevar a cabo ciertas acciones para facilitarlo.
Sin embargo, los cambios que se han de afrontar en esta etapa que comienza no son todos iguales, y podemos distinguirlos en:
- Cambios esperables o abruptos
- Cambios voluntarios o que no obedecen a nuestra voluntad
- Cambios progresivos
- Cambios permanentes o temporales
Para cada uno se requieren unas habilidades psicológicas diferentes, por lo que septiembre también es un buen momento para comenzar o fortalecer un proceso terapéutico donde se aprenda a gestionar estos acontecimientos.
Para facilitar esta etapa, es positivo realizar una lista que se acompañe de un plan de acción para llevar a cabo aquellos cambios que la persona quiere o necesita en su vida.
Por ejemplo, puede hacerse una primera lista sencilla compuesta de dos columnas:
CAMBIOS A LLEVAR A CABO | ACCIONES PARA REALIZARLO |
Esta primera lista puede ofrecer una visión sobre la situación actual y futura de la persona. Después, pueden añadirse más columnas como por ejemplo la fecha en la que se van a realizar, apoyos con los que se puede contar… entre otras.
Esto favorecerá la capacidad de hacer frente a esta nueva etapa y facilitar los aprendizajes que traerá con ella.