¿Qué es el burnout?
Para entenderlo primero se ha de pensar en la siguiente imagen:
Imagina una llama viva, intensa, que parece que no puede apagarse… esta llama comienza a disminuir hasta irse reduciendo en cenizas y apagando su luz. Esta metáfora representa la experiencia de aquellas personas cuya propia luz psicológica se ve apagada con el paso del tiempo en el trabajo. En una etapa inicial ven su llama encendida a través del empeño, la ilusión, las ganas… Sin embargo, sienten como este entusiasmo “se quema” (burn out) y se ven sustituidas por el agotamiento, la irascibilidad, la falta de energía y motivación… entre otras. Este fenómeno psicológico, que en un inicio se creía presente en algunos casos puntuales, es ahora una experiencia de trabajo extendida en nuestra sociedad.
Desde la Psicología, el Burnout es un síndrome psicológico que da respuesta a una serie de eventos y/o relaciones estresantes que se han mantenido durante un tiempo prolongado en el trabajo.
Las 3 características más frecuentes son:
· Falta de emociones positivas hacia el trabajo
· Sensación de poca eficacia: sentimientos de poca competencia y falta de apoyo
· Falta de logros laborales: no se perciben u obtienen reconocimientos laborales o reconocimiento por parte de los otros
El agotamiento es un componente básico presente en el Burnout. Suele surgir por unas sobreexigencias acompañadas de escasos recursos emocionales y físicos. Es sentir que el trabajo y su entorno desbordan a la persona.
En respuesta a este profundo agotamiento, pueden aparecer respuestas negativas o insensibles a distintos aspectos del trabajo, reduciendo el número de cosas que hace. El riesgo es que esto puede derivar en la deshumanización, especialmente peligrosa en los trabajos relacionados con la salud.
Algunas veces podemos encontrar el problema añadido de que los responsables de estos trabajadores restan importancia a cómo se sienten cuando, en realidad, el Burnout debería ser una problemática muy tenida en cuenta, tanto por los gastos (para la empresa y empleado) como por ser considerado problema del ambiente en el que se trabaja, así como de la estructura y el funcionamiento del lugar.
Hay que entender el descanso no como un privilegio, sino como una necesidad psicológica básica y necesaria del ser humano. Estos momentos de descanso permiten alcanzar un estado de salud adecuado, ya que sin descanso este se verá alterado.
La terapia psicológica acompaña en este proceso y permite salir de este estado y recuperar la calidad de vida de la persona.