Duelo sanador

El duelo como proceso sanador

El duelo es un proceso psicológico que ocurre ante la pérdida, la muerte (sobre lo que ya hablamos con anterioridad en este espacio) o el abandono. En este proceso, pueden aparecer diferentes síntomas como ansiedad, miedo o shock emocional, entre otros. Sin embargo, el duelo es un proceso sanador a través del cual se transita esa experiencia emocional (la pérdida) y se ponen en marcha diferentes estrategias o tareas que permiten adaptarse a la nueva situación.

El duelo tiene una serie de características comunes a las personas y otras que serán específicas de cada persona, por lo que, aunque existan generalidades, cada duelo será único.

A continuación, se exponen una serie de etapas psicológicas que suelen estar presentes, aunque no tienen por qué darse todas o en este orden necesariamente:

A) Negación

⇒ Frase ejemplificadora: “Esto no es real… no puede estar pasando…”

Es una estrategia defensiva que nuestro cerebro pone en marcha para tratar de protegerse frente a algo que le resulta muy aversivo, que le genera dolor. Es una forma de aumentar el tiempo para procesar lo que está ocurriendo. Finalmente se asume como cierto lo que ha ocurrido para poder continuar con la elaboración del duelo.

B) Ira o negociación

En esta fase suelen aparecer emociones como la frustración o la ira, hacia el otro o hacia uno mismo, tratando de encontrar un culpable o un responsable de lo que ha ocurrido. La ira, como el resto de las emociones, es adecuada y está cumpliendo una función, pero no ha de mantenerse estática en el tiempo, pues ninguna emoción ha de permanecer inamovible.

La negociación suele ser una etapa breve ya que se ocupa de buscar una solución alternativa a lo que ha ocurrido, como si se pudiese regresar al origen de la situación.

⇒ Un ejemplo de negociación sería: intentar que la pareja que ha roto la relación cambie su decisión.

C) Depresión

En este momento aparecen síntomas parecidos a los estados depresivos como la pérdida de motivación o la desesperanza. Es aquí donde la persona comienza a asumir lo que ha ocurrido y a tratar de integrarlo.

D) Aceptación

La última etapa hace referencia a aceptar la pérdida y a encontrar un nuevo significado para esta, pudiendo relacionarse de un modo diferente con esa ausencia. Con esta, llega el estado de calma.

En este proceso, no solo hay que transicionar una serie de etapas sino que existen unas tareas a realizar por parte de quien está experimentando el duelo:

  1. Reconocer y aceptar que lo ocurrido es real
  2. Experimentar el dolor y diferentes emociones
  3. Aprender a adaptarse a una nueva realidad
  4. Poder recordar la pérdida y nuestra historia previa a esta
  5. Reinventarnos

Como se expuso anteriormente, el duelo es un proceso sanador, un proceso que permite hacer frente a la nueva realidad y desarrollar nuevos aspectos que la persona no tenía o no había puesto en marcha. Es cuando se producen bloqueos en alguna etapa cuando un duelo puede volverse patológico, permaneciendo en un estado emocional fijo (por ejemplo: encontrándose en un bucle continuo de tristeza o ira, aunque sentir estas emociones con una alta intensidad es algo normal y esperable en este momento, han de tener un tiempo definido). Es en el duelo patológico donde las personas suelen requerir de atención psicológica para poder evolucionar y recuperar la función sanadora de este.

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